Si algo hemos aprendido de la pandemia del coronavirus (además de a hacer pan), es que hay que cambiar los hábitos que tenemos en nuestro día a día. Por supuesto, el turismo no es ajeno. Es más, creemos que ha sido el sector que más lo está acusando y que más ha tenido que amoldarse a la ‘nueva normalidad’. Si en la crisis de 2008 fue el sector de la construcción quien se convirtió en el termómetro de la economía, en la de 2020 es el turismo. Por este motivo, son muchas las empresas que han tenido que adaptarse. Lo del turismo de playa y mar hay que pensárselo. Ese turismo de levántate a las 8 de la mañana para coger sitio en la playa de Benidorm. Luego esperar dos horas para poder comer una paella en un chiringuito lleno de gente, tampoco puede ser. Y para terminar, esos hoteles llenos de personas para ver un espectáculo nocturno. Todas estas cosas, para evitar aglomeraciones, tienen que decir adiós. Es el momento de otras formas de hacer turismo, y nuestra apuesta es por el enoturismo.