Cuando alguien emplea la palabra “disfraz”, especialmente a la hora de asegurar que va a comprar uno de esos productos, a la gente se le aparecen en la mente las palabras de “Carnaval” y Halloween”. Bien es cierto que estas dos festividades son las estrellas en cuanto a la utilización de disfraces se refiere. Pero no es menos cierto que cualquier momento no deja de ser bueno para disfrazarse en compañía de nuestros seres queridos y disfrutar de un día diferente.
Es curioso ver las diferentes maneras en las que reacciona la misma sociedad para una misma cuestión. Cuando alguien compra un disfraz para Carnaval o Halloween puede llegar a ser considerado como alguien original o divertido. Sin embargo, si adquiere el mismo disfraz para celebrar cualquier otra cosa, puede ser tachado de “friqui”.
¿Por qué tiene que ser esto así? Lo cierto es que esto no tiene razón de ser. Por suerte, parece que poco a poco va haciéndose paso una vía para cambiar este tipo de percepciones. Un claro ejemplo de ello son las despedidas de soltero, que en los últimos tiempos se han convertido en una verdadera fiesta del disfraz. Y si no me creen, pregúntenle a alguien que se haya casado hace relativamente poco. Él o ella se lo dirá mejor que yo.
Una manera de combatir todas esas miradas que se fijan en nosotros con burla cuando aparecemos disfrazados más allá de Carnaval o Halloween es, precisamente, disfrazarnos con más asiduidad y demostrar cuán bien puede uno pasarlo en un ambiente como tal. Salirse de la rutina siempre trae ventajas porque le otorga a cada día algo especial. Además, la variedad de disfraces que hoy en día pueden encontrarse deja mucho margen para esa originalidad de la que hablaba.
Adquirir disfraces por Internet es hoy una realidad
Otra de las cosas que no soporto es que haya gente que siga asegurando a día de hoy que no es conveniente comprarlo todo por Internet. Que la red no es segura. A pesar de que es cierto que existen muchos piratas en un sistema como tal, no lo es menos que los sistemas de seguridad han evolucionado de un modo extraordinario en los últimos tiempos.
Pero ahí no acaba la cosa. Cuando ya has convencido a tu interlocutor de esto, él o ella vuelve a la carga diciendo que utilizar Internet para comprar disfraces no es lo más cómodo porque no se puede probar la prenda en el acto. Se puede valorar eso o se puede valorar, en cambio, la posibilidad de comprar el disfraz sin salir de casa, recibiéndolo apenas unas horas después de haberlo pedido y teniendo la posibilidad de devolverlo o cambiarlo si existe algún problema con la talla.
Creo que La Casa de los Disfraces es un estupendo reflejo de lo que acabo de comentar. Una entidad como tal, dedicada a la venta de disfraces en la red, no sólo garantiza una amplia variedad de productos sino que es sinónimo de comodidad para el cliente (que no tarda ni dos días en recibir su disfraz), disponibilidad (para cualquier eventualidad o cambio que necesite en su prenda) y compromiso. También de precio.
Acaba de pasar Halloween, un día propicio para salir de casa, disfrutar de un día libre con nuestra gente y hacerlo disfrazándonos. Creo que a mucha gente le gusta disfrazarse. Por eso también creo que es lícito hacerlo fuera de Carnaval o incluso de Halloween. ¿Por qué no hacerlo el próximo fin de semana, por poner un ejemplo?
A los que os guste hacerlo y compartáis mis argumentos, que sepáis que no estáis solos. La mejor receta para combatir las miradas burlonas es seguir disfrutando como a nosotros más nos gusta, sin complejos y sin miedos de ningún tipo. Todos aquellos que se ríen quizá no estén disfrutando de su fiesta. Disfrazándonos, nos aseguraremos de no encontrarnos en la misma situación que ellos. Y hacerlo con La Casa de los Disfraces nos dejará todavía más beneficios.