La sociedad en la que vivimos avanza cada vez más rápido hacia un mundo globalizado en el que desde cualquier parte del mundo podemos operar y llevar a cabo todo aquello que necesitamos. Esto lo podemos ver en nuestro día a día y es que ya estamos habituados a entablar conversaciones con gente que está a miles de kilómetros de nosotros o incluso hay cirujanos que ya operan de forma remota. Y es que el progreso y el avance de la tecnología nos está abriendo muchas puertas que hace tan solo unos años eran impensables. En este sentido, todas las empresas que desean progresar y avanzar hacia un futuro mucho más amplio, en el que puedan encontrar clientes de cualquier parte del mundo, tienen que actualizarse y ponerse al día en lo que a feedback se refiere y es que de nada vale que tengamos un producto muy potente si no lo sabemos vender bien. Es por ello por lo que en una economía tan globalizada es importante contar con un buen traductor que nos ayude a seguir progresando.
Si bien, dentro de los traductores que podemos encontrar en el mercado laboral, lo cierto es que cuanto mayor sea la preparación de estos, más caros nos saldrán sus servicios, sin embargo, si queremos dar una buena imagen de empresa seria y eficaz, siempre debemos de apostar por un buen traductor jurado. No obstante, llegar a ser traductor jurado es un paso más dentro de la escala de la traducción jurídica. El traductor jurado es aquel que ha obtenido el título de Traductor-Intérprete Jurado otorgado por el ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación. Sin esta acreditación, el traductor jurado no puede ejercer como tal. Además, como seguramente ya sabrás, sus tareas y servicios son bastante especiales y requiere de determinados conocimientos específicos. Por lo tanto, el proceso de la obtención del título y los conocimientos que se necesitan para ello también lo son.
En concreto, la traducción jurídica se basa en la traducción de documentos públicos o privados caracterizados por su contenido legal y jurídico. Dentro de dicha categoría podemos encontrar la figura del traductor jurado necesaria para todos aquellos documentos traducidos que requieren de una firma y un sello para garantizar su veracidad y su exactitud respecto el documento original. Aunque la tarea más común para este tipo de traductores es la de traducir y certificar, un traductor jurado puede interpretar un acto oficial en el que haya personas que no entiendan ni hablen alguna de las lenguas que se van a emplear. A su vez, un traductor jurado puede certificar que la traducción realizada por otra persona es correcta y completa.
Pero, ¿se puede ser traductor jurídico sin ser traductor jurado? La respuesta es que por supuesto que sí. De hecho, existen multitud de documentos, contratos, certificaciones, enmiendas, actas, estatutos, poderes… que necesitan traducirse sin más y que esta gente podría hacer, aunque, una vez más, insistimos en que, si queremos dar una buena imagen, siempre debemos de ir un paso más allá. En este sentido, si vosotros no queréis tener un traductor en nómina, nosotros os recomendamos que recurráis a Eikatrad Agencia de traducción, dado que ellos cuentan con los mejores profesionales que, en un momento dado, os pueden solucionar la papeleta con la mayor de las garantías.
¿Qué requisitos debe cumplir un traductor para presentarse al examen?
Para presentarse a estos exámenes, la persona debe cumplir con una serie de requisitos. Estos requisitos imprescindibles se publican en el BOE junto a la convocatoria de examen. No obstante, entre los requisitos básicos nos encontramos:
- La persona que quiera presentarse al examen debe superar la mayoría de edad legal en España.
- El futuro traductor jurado debe tener la nacionalidad española, de un Estado miembro de la Unión Europea o del Espacio Económico Europeo.
- Para ser examinado también debe poseer un título español de Graduado o Licenciado Universitario, Ingeniero Técnico, Arquitecto Técnico o equivalente. Es decir, cualquier título cuya correspondencia al nivel 2 o 3 del Marco Español de Cualificaciones para la Educación Superior haya quedado establecida en virtud del Real Decreto 967/2014.
Los aspirantes con titulaciones obtenidas en países extranjeros deben estar en posesión de la correspondiente credencial de homologación o de un certificado de equivalencia. Estos certificados son emitidos por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Es importante que todos los certificados y documentos que acreditan estos requisitos se presenten antes de la fecha establecida por el ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación para los exámenes.