Las joyas siempre han sido un buen regalo, tanto si te gustan como si no, porque a la larga, aunque no te las pongas, si son de buena calidad suelen acabar revalorizándose y, por ende, quien recibe este regalo además de ser un complemento estético puede recibir también un regalo económico que, a la larga, será aún de mayor cuantía. No obstante, lo curioso de este siglo, es que parece que estamos dando cada vez más valor a joyas de materiales no preciosos pero cuyo sello proviene de una conocida marca.
Por poner un ejemplo, una pulsera de plata de ley, de buena calidad, elaborada bajo una firma poco conocida o diseñada por una joyería de barrio puede llegar a costar exactamente lo mismo que una pulsera de acero de Viceroy.
Del mismo modo, una joya con un valor no demasiado elevado que ha sido vista en el cuello o muñeca de una celebritie puede convertirse en la joya más preciada del momento según tendencias. Es el caso, por ejemplo, del collar que lució Meghan Markle en un partido de Wimbledon la semana pasada. Por lo visto, el collar de marras, es una discreta gargantilla dorada con una minúscula letra A, la inicial de su hijo Archie, una joya muy milenial, muy minimalista de la diseñadora Jennifer Meyer fabricada en oro amarillo de 18 quilates y que solo cuesta unos 310 euros.
A ver, digo eso de “solo” porque para nosotros puede ser un dinero importante, pero no para la duquesa de Sussex y, sin embargo, se ha convertido en tendencia en cuestión de días y ya las blogueras más internacionales y algunas celebrities se han interesado por el famoso collar, provocando así que el nombre de la diseñadora resonara en todos los medios de comunicación. Desde luego, la firma en cuestión debe estar encantadísima con la publicidad que está recibiendo, y encima gratis. Pero la pregunta es, si las bolgueras de lujo y las celebritries tienen dinero como para comprarse joyas mucho “mejores” ¿por qué empeñarse en un collar de Jennifer Meyer valorado en trescientos euros? Pues, simplemente, porque lo llevaba Megan Markle, algo similar que ocurre con las joyas de firmas conocidas: puede que no sean tan “buenas” como otras joyas artesanales que llevan mejores metales, o más caros, pero llevan el sello de la marca y por eso nos gustan.
Joyas personalizadas
Sin embargo, hay otra vertiente nada desdeñable entre los milenials que ha puesto de moda las llamadas joyas personalizadas. Se trata de joyas cuyo valor económico puede variar notablemente dependiendo del material con el que se fabriquen, pero su éxito no radica en ese valor económico, sino en el valor sentimental que pueden llegar a tener ya que se personalizan especialmente para personas, para momentos o para celebraciones.
Hablamos, por ejemplo, del nacimiento de un hijo, de un cumpleaños especial, de un regalo de todos sus alumnos a la profesora del curso escolar, de un regalo de jubilación, etc. Son joyas especiales, únicas y, por supuesto, personalizadas. Joyería Lorena, especialista en este sector, asegura que la venta de este tipo de joyas se ha incrementado en un 25% en estos últimos años.
Así, mientras que unos dan más valor a quien lleva algo, o la firma que hay detrás del objeto, otros prefieren dar valor a lo que representa ese objeto, al recuerdo que les evoca o al sentimiento que tienen hacia él lo cual es extraño ¿no? porque, ¿Dónde queda en valor real de una joya en base, únicamente, a los materiales de los que está fabricada? Ya sea oro, plata, platino y ya tenga, o no, piedras preciosas.
Según la revista de moda Telva, ahoca mismo son tendencia los colgantes con personalidad de firmas como Pandora, PDPaola o Les Georgettes entre otras, pero sobre todo hablamos de joyas sencillas, minimalistas, como la de la duquesa de Sussex, elegantes pero no demasiado grandes.
En china, directamente, según la revista Vogue, lo que se ha puesto de moda es la bisutería y algunas firmas se han hecho importantes gracias a esta tendencia en el país asiático por excelencia. Hablamos de marcas como Sushu Tong, Yirantian, Ooak o Beast Blin Blig, las cuales están empezando a llegar a Europa con mucha fuerza y trabajan con materas primas bastante estandarizadas de coste menor.
¿Será esta bisutería la nueva joyería de este siglo? Tal vez todas las tendencias anteriores que encaminan el diseño de joyas hacia la sencillez, el minimalisto y la presencia de otras materias primas más económicas como al acero estén abriendo paso a la bisutería china de alto diseño, pero esto no lo sabremos con seguridad hasta dentro de unos años. ¿Tú qué opinas?