Arranca el mes de septiembre y comienza el curso escolar. Primero los más pequeños, luego los chicos de Secundaria y por último, los universitarios. Es el momento de que las calles de las ciudades se llenan de estudiantes. Siempre que una ciudad tiene ambiente estudiantil parece que tiene más vida. Por ejemplo me ocurre con Salamanca, un lugar famoso tanto por su día como por su noche. Sin embargo, antes de comenzar el curso hay que elegir donde permanecer durante los nueves meses.
Si tienes la fortuna de que tu carrera se estudie en tu ciudad, pues lo más seguro es que todavía estés con tus padres. Pero si por el contrario tienes que trasladarte a otra ciudad, será el momento de decidir si quieres estar en una residencia universitaria, compartir piso con otros estudiantes o por el contrario prefieres estar solo. Nuestra recomendación es que apuestes por una residencia. ¿Por qué? Pues te lo vamos a intentar explicar, visitando una, en este caso la del Divino Maestro. Serán ellos los que nos cuenten cómo ha evolucionado este concepto en los últimos años.
Esta residencia de estudiantes en Madrid centro está organizada sobre un régimen profundamente humano y familiar, basado en la libertad y la responsabilidad de cada uno, que hace que los alumnos vean en ella una prolongación de su propia casa.
Cuentan con habitaciones dobles y triples con baños comunes ubicados estratégicamente por los pasillos. Además, ofrecemos servicio de comedor, lavandería, conexión a Internet, salas de estudio, biblioteca, gimnasio, sala de informática, capilla, prensa diaria, etc. Y para los ratos de ocio, la residencia para estudiantes en Madrid centro dispone de salas de vídeo, televisión y proyecciones audiovisuales, sala de juegos, sala de música e incluso de una magnífica pista deportiva para fútbol sala, baloncesto y vóleibol.
Bagaje cultural
Procuran que el universitario adquiera el más amplio bagaje cultural necesario para una mejor convivencia y una formación social y humana a la altura de los tiempos. Para ello, se organizan actividades, compatibles con sus estudios y llevadas a cabo por ellos mismos a través de comisiones, como son las charlas y coloquios, los certamenes de relato corto y poesía, los concursos de fotografía y cortos de cine, las maratones deportivas, etc.
Está claro que son actividades que nunca vas a tener en un piso de estudiantes. Donde todo invita más a la relajación y a despreocuparte por la labor como estudiante. Se trata de la alternativa más cómoda, ya no solo para el universitario, sino también para los padres, preocupados por la adaptación de sus hijos a un nuevo entorno desconocido.
Además, lejos de lo que se pueda pensar, es la alternativa más económica y se está viviendo un boom. Sobre todo si se tienen en cuenta todos los servicios que ofrece este tipo de hospedaje si se compara con el alquiler de la vivienda, el cual se ha incrementado de forma notable en los últimos años, especialmente en las grandes ciudades. Solo hay que ver el precio que tienen los alquileres para pensar en acudir mejor a una residencia.
Pensar en estudiar
Aunque sin duda, el mayor aliciente será el de la comodidad. El alumno solo tendrá que preocuparse por estudiar, contando con múltiples ventajas que en el caso de un piso compartido tendría que estar más atento, como el pago de los suministros o el servicio de limpieza o lavandería, entre otros. Por no mencionar que nunca sabrás el comportamiento que pueden tener tus compañeros. ¿Te imaginas que te sale uno que organiza fiestas a las tres de la mañana? O el típico que no limpia nada y deja la casa como si fuera una pocilga.
Además tienes que pensar que cuentas con un montón de servicios complementarios que se incluye en la oferta de estas instalaciones, como biblioteca, gimnasio, pistas deportivas, sala de TV, sala de juegos, etc. Muchas veces no tendrás ni que salir para poder estar en forma o distraído.
Además, los datos así lo dicen. Ahora mismo hay lista de espera en muchas residencias universitarias. Si hace unos años sobraban plazas, ahora tienen el doble de solicitudes de estudiantes que desean una plaza en uno de estos alojamientos que la oferta de la que dispone. Y todo ello porque se ha demostrado que es mucho más cómodo y económico que el alquilar un piso con otros compañeros. Por no decir que hacerlo solo, es casi prohibitivo. El auge de los colegios mayores y residencias va a más después de una caída en picado durante los años de la crisis. Por ejemplo, en Divino Maestro están todas copadas, pero hay lista de espera.