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¿Cómo puede un espacio de coworking ayudarte a ahorrar como empresa?

Alquilar un local, mantenerlo, pagar la luz, el internet, la limpieza… todo eso es carísimo, los empresarios lo sabemos bien. Y si eres una empresa pequeña o estás empezando, puede ser realmente agobiante.

Por eso, los espacios de coworking pueden ayudarte a ahorrar.

 

No te hace falta un local físico

Los espacios de coworking evitan que tengas que alquilar un local. Eso por sí solo puede ser un ahorro enorme, sobre todo si tu empresa todavía no tiene beneficios estables.

Con un coworking, puedes pagar solo lo que necesitas, desde un escritorio individual hasta una oficina completa, y, normalmente el precio incluye luz, agua, internet, limpieza y seguridad. Todo eso suma un montón si lo comparas con manejarlo por tu cuenta.

Además, los coworkings suelen incluir equipos que de otro modo tendrías que comprar. Impresoras, escáneres, salas de reuniones con proyectores, cafeteras decentes… Y lo mejor es que solo pagas por usarlos cuando los necesitas, no tienes que estar preocupado por mantenimiento ni reparaciones. Para alguien que está empezando, eso es un alivio gigante.

También está el tema de contratos y facturas. Normalmente, todo está centralizado: pagas una sola factura y no tienes que preocuparte por dividir cuentas de luz, internet, agua o limpieza entre varios departamentos.

 

Flexibilidad para reducir riesgos y gastos

Si tu negocio crece rápido, no necesitas cambiar de oficina ni renegociar contratos de alquiler enormes: simplemente amplías tu espacio en el coworking. Y si por algún motivo necesitas reducirlo, también puedes hacerlo sin quedar atascado en un contrato de tres años pagando un local vacío. Esa flexibilidad puede ayudarte a no pagar de más en tu alquiler.

Además, hay coworkings que ofrecen acceso a salas de reuniones solo cuando las necesitas. No tienes que tener una sala de reuniones vacía todo el tiempo, pagas por lo que usas. Punto.

También ayuda a que no tengas que invertir tanto en personal administrativo solo para gestionar el espacio físico. En muchos coworkings, la recepción, la seguridad y la limpieza ya están cubiertos. Ahorras tiempo y dinero, que al final se traduce en poder dedicar más horas a lo que realmente importa: vender, crear productos o atender clientes.

 

Gastos compartidos y networking que ayuda a tu bolsillo

En el coworking, los gastos se comparten. No solo el alquiler y los servicios básicos, también algunas suscripciones, impresoras de alta gama o servicios de paquetería. Todo eso se vuelve más barato cuando se reparte entre varios.

Y no puedo dejar de mencionar el networking. En estos espacios siempre hay otras personas trabajando en cosas diferentes, por lo que obtienes oportunidades de colaboración, compartir recursos o incluso conseguir clientes sin gastar nada en publicidad. Por ejemplo, he visto startups que compartían software de pago entre varias empresas dentro del coworking, o que se ayudaban mutuamente con diseño o marketing. Eso reduce gastos que normalmente tendrías que cubrir de tu bolsillo contratando a alguien o comprando servicios externos.

Algunos coworkings, además, incluyen café y snacks. Puede parecer una tontería, pero si lo piensas, tu equipo no tiene que comprar café a diario, ni pagar máquinas ni mantener el stock.

 

Cómo usar un coworking para optimizar gastos

Analiza bien lo que realmente usas. No tiene sentido pagar por una oficina grande si tu equipo trabaja a turnos o la mitad del tiempo está fuera. Por eso, algunos optan por escritorios flexibles en lugar de oficinas privadas.

Desde Centros de Negocios, un espacio de coworking que también ofrece oficinas virtuales, comenta que “muchas empresas pequeñas descubren que no necesitan oficina fija todos los días. Usan el coworking solo cuando tienen reuniones, o incluso combinan oficinas virtuales con días de presencia física. Eso ahorrar en espacio y en gastos asociados, como electricidad, limpieza y mantenimiento de equipos”. La idea es pagar por lo que realmente vas a usar y no por algo que va a estar vacío la mayor parte del tiempo.

Y esto se puede combinar con otras estrategias. Por ejemplo, usar salas de reuniones solo cuando vienen clientes importantes o para presentaciones. Todo lo demás se puede hacer desde escritorios flexibles o incluso desde casa.

 

Comparar costos y ver el panorama completo

Una cosa que recomiendo siempre es hacer cuentas de verdad. A veces nos concentramos en el precio del coworking y lo comparamos con el alquiler de un local, y parece que sale caro. Pero si sumas todos los gastos de mantener una oficina propia—luz, agua, internet, limpieza, mobiliario, impresoras, software, mantenimiento y seguridad—la balanza cambia. Y si agregas los gastos de tiempo y administración, el coworking casi siempre gana.

Además, los coworkings suelen tener planes diferentes según tus necesidades. Puedes pagar por un escritorio, una oficina completa o incluso solo por una oficina virtual. Eso significa que puedes ajustar tu presupuesto mes a mes sin comprometerte a largo plazo. Y si tu negocio tiene picos y valles, puedes adaptarte sin tener que renegociar contratos o pagar espacios vacíos.

También ayuda a pensar en términos de inversión. Cada euro que no gastas en mantener infraestructura física puede ir directamente a mejorar tu producto, contratar talento o invertir en marketing. A veces no nos damos cuenta, pero eso es un ahorro muy bueno que impacta en el crecimiento de la empresa.

 

Consejos prácticos para ahorrar usando coworkings

  1. Primero, analiza cuántos días realmente necesitas estar en el espacio. No todos los días tienen que ser presenciales, sobre todo si tu equipo trabaja remoto.
  2. Segundo, aprovecha los recursos comunes como impresoras, salas de reuniones y cafetería.
  3. Tercer, revisa los planes que ofrecen oficinas virtuales si no necesitas un escritorio todos los días.
  4. Cuarto, habla con el equipo del coworking. Muchas veces tienen sugerencias de cómo usar el espacio de forma más eficiente según tu tipo de negocio.
  5. Quinto, si no necesitas oficina física completa, usa una oficina virtual para ahorrar dinero en gastos administrativos y de representación. Eso te ayuda a mantener una presencia profesional sin pagar de más por espacio que no se usa.
  6. Por último, planea reuniones y eventos dentro del coworking para no tener que alquilar salas externas ni pagar catering externo: todo está ya disponible y muchas veces incluido en el precio.

 

Ahorro indirecto, como has visto

El tiempo que no pasas gestionando luz, internet, limpieza o seguridad también tiene un valor enorme. En un coworking, muchas de esas cosas están cubiertas. Eso te permite concentrarte en tu trabajo real, que es lo que genera ingresos. Además, reduce el estrés. Menos preocupaciones de infraestructura significan menos interrupciones y más concentración. Y aunque no sea dinero directamente, todo eso se traduce en productividad y ahorro.

Otro punto es que al usar un coworking tu equipo puede ser más eficiente. No tienen que esperar a que se arregle una impresora o a que llegue el servicio de limpieza. Todo está listo para trabajar desde el primer minuto. Esa facilidad hace que todo funcione mejor, y a la larga, mejora los resultados de la empresa sin necesidad de gastar más.

También ayuda a que no tengas que contratar personal extra solo para gestionar la oficina. Recepción, mantenimiento, limpieza y seguridad ya están incluidos. Ahorras salarios y cargas sociales, que son un gasto importante si manejas tu propia oficina.

 

Es hora de verlo como un ahorro a largo plazo real

Si estás pensando en tu empresa, lo ideal es ver el coworking no solo como un gasto mensual, sino como una forma de planificar mejor tus recursos. La flexibilidad y los servicios incluidos permiten hacer ajustes según tus necesidades, y eso a largo plazo puede ser determinante para mantener la empresa a flote y crecer sin apuros.

Además, permite probar cosas nuevas sin comprometerte demasiado. Puedes abrir un coworking para un proyecto piloto, ver cómo funciona y decidir después si necesitas más espacio o incluso si vale la pena invertir en un local propio. Ese tipo de estrategia reduce riesgos y gastos inesperados, que es algo que todas las empresas pequeñas quieren evitar.

Otro beneficio menos obvio es que te obliga a organizarte mejor. Si solo tienes acceso a un espacio ciertos días o ciertos escritorios, aprendes a planear tu semana y a usar los recursos de manera más eficiente. Eso también genera ahorro indirecto, porque disminuye desperdicios y optimiza el trabajo de todo el equipo.

 

El coworking te permite ahorrar dinero, tiempo y estrés

Piensa que el coworking permite a las empresas pequeñas funcionar sin grandes gastos fijos, aprovechar servicios que de otro modo serían caros y adaptarse a cambios sin complicaciones. De esa forma, terminas con más recursos a tu disposición que en una oficina propia.

Creo que es importante reflexionar sobre cómo usamos el dinero en nuestra empresa. Muchas veces pagamos de más por cosas que no necesitamos o que podemos conseguir de otra forma. Un coworking te da la posibilidad de optimizar cada euro, sin perder profesionalidad ni comodidad. Si todavía no lo has considerado, vale la pena analizarlo con calma y ver si puede ser la opción que tu empresa necesita para crecer sin quemar el presupuesto.

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