Tomar suplementos alimenticios es algo habitual en la sociedad en la que vivimos. Desde que podamos recordar, ya existían y los anunciaban por la tele para mayor gloria de los fabricantes. Suplementos como Micebrina o Apiserum captaban la atención de los televidentes que acudían a su farmacia a pedir información y, porque no, probarlos. Estos suplementos dieron paso a muchos otros que todavía se comercializan. Junto a las vitaminas, los suplementos alimenticios forman parte de nuestra vida, los tomemos o no. Aunque no solo las marcas comerciales citadas son complementos, las capsulas de omega 3, vitaminas de todo tipo demás nutrientes pueden encontrarse encapsulados, en forma de pastilla, polvo o preparados para beber. Son tantos los productos que podemos encontrar que si empezáramos con la lista no terminaríamos en varios días.
La cuestión es que de cuando en cuando, se pone de moda un nutriente en particular y te lo venden de todas las formas posibles, lo que conlleva una confusión por parte del consumidor que ya no sabe lo que es un suplemento y lo que es meramente comercial. Quizá esto suceda porque no tenemos muy claro el concepto de suplemento alimenticio y dentro del mismo, englobamos todo lo que nos venden, incluyendo las barritas proteicas o las gelatinas que venden el supermercado para hacer músculo. Si bien en cierto sentido, pueden considerarse como suplementos, realmente no lo son.
Por otro lado, la inevitable duda sobre si son o no necesarios o que beneficios aportan si es que aportan alguno. Por ejemplo en Mentali, desarrollan complementos alimenticios con base científica pero naturales que ayudan a combatir el estrés. Este tipo de suplemento puede resultar beneficioso para personas con una vida ajetreada o se sienten superados por alguna situación, como exceso de trabajo, exámenes, etc.
Siendo así, habiendo tantos productos y recomendaciones sobre los suplementos, lo más conveniente es saber un poco más sobre ellos y si son necesarios o en qué momento pueden resultar adecuado recurrir a ellos.
¿Qué son los complementos o suplementos alimenticios?
Los suplementos, como su nombre indica, son nutrientes que se toman para proporcionar las vitaminas, minerales y otros nutrientes que el organismo necesita para equilibrar sus niveles. Se utilizan para complementar los que ingerimos en la dieta y tienen la finalidad de potenciar la salud y la energía, apoyar al sistema inmune y reducir el riesgo de padecer enfermedades propias de la edad, mejorar el rendimiento físico y mental y favorecer el consumo de nutrientes cuando no se ingieren alimentos.
El organismo tiene unas necesidades diarias de nutrientes para alimentar y recargar las células que componen el cuerpo. Cada célula, necesita sus nutrientes para poder funcionar correctamente y cumplir con su papel dentro del organismo. La combinación de las células, compone los tejidos, órganos y sistemas del cuerpo humano y cualquier ser vivo. Cuando el organismo no obtiene los nutrientes esenciales necesarios por la razón que sea, el rendimiento se verá mermado a lo largo de día. Por lo que de no ingerir la cantidad necesaria durante un periodo prolongado de tiempo, corremos el riesgo de padecer enfermedades a largo plazo.
Teóricamente, llevando una dieta sana y variada que incluya todos los alimentos, los nutrientes serán aportados al organismo de manera natural. Sin embargo, en algunas ocasiones, el propio organismo no es capaz de metabolizar los nutrientes y se crea un déficit.
Cabe señalar que aun teniendo una dieta rica y variada que cumpla con todas las expectativas nutricionales, es posible que los hábitos que tenemos, influyan directamente en la merma de los nutrientes necesarios y sea necesario recurrir a algún tipo de suplemento. Hay que tener en cuenta que muchas de las actividades que llevamos a cabo en nuestro día a día, pueden componer un reto para el organismo. Por ejemplo dormir pocas horas, fumar, beber alcohol, realizar deporte o estar sometido a estrés, pueden provocar una deficiencia de nutrientes sin que nos demos cuenta.
En otras palabras, una alimentación que no proporciona al organismo los nutrientes esenciales en cantidad suficiente o combinada con un estilo de vida poco saludable, puede ser razón más que suficiente para decidirnos por recurrir a los complementos alimenticios.
Por lo general, este tipo de suplementos, no repercuten de forma negativa en el organismo. Sobre todo cuando por la razón que sea se produce algún déficit. Sin embargo, debemos señalar que un abuso tampoco tiene porque ser positivo. Un exceso de algunas vitaminas o nutrientes, por esenciales que sean, conllevan por igual un desequilibrio que puede repercutir en las funciones del organismo.
Desde la medicina tradicional se advierte que la mejor manera de obtener todos los nutrientes esenciales, es llevando una dieta equilibrada o aumentando la ingesta de alimentos que contienen los nutrientes de los que carecemos. De hecho la evidencia científica, asegura que siempre se absorberán mejor los nutrientes de un alimento que de un suplemento. Ante la diversidad de opiniones lo mejor es consultar con un profesional en nutrición para que nos asesore de los complementos que podemos añadir en la dieta y la mejor manera de hacerlo.
Sin embargo, la medicina recomienda recurrir a los suplementos en casos de necesidad, pues suelen ser beneficiosos. Por ejemplo, es habitual que las embarazadas tomen yodo y ácido fólico, las personas que padecen osteoporosis tomen calcio y vitamina D, o vitamina B12 en personas que tienen muy bajos los niveles, entre otros.
¿Medicamentos farmacológicos o suplementos?
He aquí el dilema nuevamente servido. Es fácil buscar soluciones rápidas a problemas que se solucionan con el tiempo. De ahí que, en determinadas situaciones, nos encontremos con una extraña confusión entre la idea del suplemento y los medicamentos. Son muchos los países en los que la ingesta de suplementos es tan habitual que existe la creencia, del todo errónea, de que este tipo de productos se conciben para reducir dolencias y combatir enfermedades. La cantidad de información equivoca, la publicidad engañosa y los eslóganes que prometen milagros, invitan a su consumo de forma indiscriminada.
Antes de caer en el error de recurrir a los suplementos para evitarnos un dolor de cabeza, pensemos que se trata de complementos. Complementos y no sustitutos. Son útiles para equilibrar los niveles de nutrientes pero no constituyen ningún tratamiento eficaz para combatir las enfermedades ni dolencias. Para esto tenemos medicamentos, a los que también hay que recurrir solamente en caso de necesidad.
Para explicar esta confusión en torno a las capacidades curativas de los suplementos, diremos que la mayoría de las personas que recurren a los suplementos, notan que se sienten mejor cuando pasa un tiempo. Esto ayuda a pensar que los complementos alimenticios, ayudan a tratar esa dolencia que les traía de cabeza.
Lo que sucede en realidad es que, desgraciadamente, la mayoría de las personas tiene unos niveles de nutrientes que se encuentran por debajo de los requeridos por el organismo. Al empezar a tomar un suplemento, es fácil notar la diferencia en poco tiempo, puesto que los niveles se equilibran. No se trata de una curación espontanea ni de que el suplemento sea la cura milagrosa. Es algo tan sencillo como que al proporcionar al organismo los nutrientes necesarios, el cuerpo recompensa dando muestras de sentirse mejor.
El organismo necesita una amplia variedad de nutrientes esenciales en nuestro día a día para mantenerse en forma y a pleno rendimiento. Si las células no obtienen esos nutrientes, se verán afectadas y con ellas, el rendimiento. Los nutrientes tienen la misión de hacer que el organismo en todas sus partes y conjunto, funcionen con precisión, de manera óptima. Pero bajo ningún concepto curan enfermedades. Por ejemplo, los ácidos grasos omega 3 tienen propiedades antiinflamatorias, con lo que, ante una inflamación a consecuencia de una dolencia, pueden reconfortar y ayudar a que disminuya. Sin embargo, no va a curar la dolencia que la produce.
Actualmente, es fácil encontrar todo tipo de suplementos alimenticios: para dormir, para relajarse, para tener energía, para subir las defensas, etc. Los diferentes tipos de complementos, proporcionan un amplio espectro de nutrientes esenciales o específicos para ciertas partes del organismo. Otros aportan antioxidantes para combatir los radicales libres o proporcionan nutrientes individuales. La lista es tan extensa como nutrientes y alimentos que los aportan hay. Por si fuera poco la cantidad existente, las infinitas combinaciones que se pueden obtener y entre las que elegir, hace muy difícil la elección.
La clave de los suplementos alimenticios se encuentra en saber cuál es el más adecuado para cada situación y circunstancia. Si son necesarios o no, el estilo de vida o la edad, deben tenerse en cuenta a la hora de decidirse por los complementos alimenticios para incluirlos en la dieta.
En definitiva, los suplementos alimenticios no son ni malos ni buenos. Todo depende de cómo se usen. No hay que confundirlos con medicamentos, ni abusar de ellos, pero en muchas ocasiones son precisamente lo que el cuerpo necesita para funcionar correctamente y hacer que nos sintamos mejor. Aun así, la mejor manera de mantener los nutrientes en niveles equilibrados, es llevar una dieta sana y variada que incluya todos los alimentos necesarios para que los aportes de nutrientes, sean los adecuados.