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De la batamanta al pijama de unicornio

Regalos navideños, algunos con mejor o peor acierto que otros, pero regalos al fin y al cabo. El año pasado, el producto estrella en “amigos invisibles” y regalos de compromiso fue la batamanta y este año me parece que el pijama de unicornio se lleva la palma, y ¿todo por qué? Pues porque se supone que si le tienes cariño a alguien hay que regalarle algo en Navidad y sino sabes qué comprar o no te apetece pensar demasiado tienes dos opciones: comprar colonia o el producto chorra de la temporada.

Desde inicios de diciembre todos los medios de comunicación publican artículos y publirreportajes con ideas para regalar, así matan dos pájaros de un tiro: hacen publicidad y de paso se unen a la moda de las fiestas navideñas porque la realidad es que esos artículos se leen, no pasan desapercibidos. De hecho una de las búsquedas más usadas en estos días en Google es: “regalos originales de navidad”. Increíble ¿verdad?

Yo soy de las que piensa que si quieres regalar algo a alguien es porque conoces a esa persona y sabes que ese “algo” le hará ilusión. Regalar, por regalar, es una sobrenada gilipollez.

Regalos Personalizados

En El Revés no vamos a ser diferentes y también vamos a proponeros algunos regalitos, pero bastante más personales, de hecho, os voy a contar qué es lo que más ilusión le haría recibir a mis familiares más cercanos.

Mi madre, por ejemplo, lleva todo el año quejándose de las patas de gallo. No sé qué narices le ha pasado frente al espejo en estos pasados 365 días pero algo gordo ha tenido que ser porque está insoportable. Probablemente estaréis pensando que voy a decir que lo mejor en estos casos es regalar una buena cesta de cremas antiedad con efecto lifting pero no, en el caso de mi madre, que ya ha probado todo lo habido y por haber, lo que quiere es algo que va mucho más allá del «poder rejuvenecedor» de las cremas: no ha dejado de insinuar a mi padre que hay una doctora que hace maravillas con la estética ocular, la dra. Cecilia Rodríguez. No creo que en su clínica tengan cupones regalo pero eso es lo que quiere mi madre, un buen bono canjeable por una cirugía de corrección de ojeras y patas de gallo.

Mi hermana, que es una obsesa de los abrigos, las gafas y los zapatos, se contentará con cualquiera de esas tres cosas, pero como de lo que se trata es de hacer regalos especiales, yo creo que lo suyo sería regalarle más cupones regalo: uno para Hawkers, otro para El Corte Inglés y uno más para Calzados Luz.

Mi hermano, amante de los deportes de aventura y hippie de unos meses a esta parte, estoy segura de que le regale lo que le regale me dirá que las cosas materiales no tienen razón de ser. Está muy “zen” últimamente y solo quiere paz y amor en el mundo… (tonterías de niñatos adolescentes), pero estoy segura de que lo que no rechazará es un bono para una actividad de Ocio Aventura Cerro Gordo: rafting, barranquismo, paintball, escalada, lo que sea…

Y mi padre… ese es harina de otro costal, pero si pudiera elegir lo que quisiera, estoy segura de que elegiría un coche deportivo, así que igual le regalo la maqueta de uno a escala… y que se contente que es lo más cerca que estará de tener algo así en posesión.

Lo que no es lógico es regalar tonterías sólo por el mero hecho de que hay que regalar. A veces se aprecia mucho más que alguien te traiga un detalle porque ha pasado por delante de un escaparate y un producto le ha recordado a ti, que el hecho de que llegue Navidad y tenga que comprarte algo sí o sí, a pesar de no tener ni idea de qué. De hecho, lo más probable es que acabes con el pijama de unicornio en casa ¿o no?

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