Nos hemos cansado de escuchar, en los últimos tiempos, que vivimos en una sociedad conocida como la sociedad de la imagen. Y la verdad es que no es para menos, porque la irrupción de Internet y las redes sociales en nuestra vida ha sido tanta que ya es imposible huir de todos y cada uno de los requisitos que plantean. Y cuidar de la imagen de nuestra entidad es uno de los más importantes. Cada vez quedan menos dudas al respecto y de ahí se deriva que elementos como el marketing digital sean tan importantes y se hayan puesto tanto de moda en los últimos tiempos.
La página web Directivos y Empresas publicó hace algún tiempo un artículo en el que habla de los motivos por los que es importante apostar por el marketing online. La razón principal para defender este modelo publicitario es que es en Internet o las redes sociales dónde se encuentra en la actualidad la mayoría del público, prácticamente con independencia de cuál sea nuestro público objetivo. Solamente el segmento de personas que son más mayores no comprende este nuevo entorno online en el que nos situamos. El resto de personas tenemos bien claro cómo se usa Internet y casi todos sus elementos.
El desarrollo de un medio de promoción y marketing como el digital ha obligado a todas las empresas a redoblar sus esfuerzos en lo que tiene que ver con la publicidad que emiten. Hay que cuidar los canales tradicionales, es cierto, pero ahora hay una carga más de trabajo y que no podemos obviar bajo ningún concepto: y es que, sin presencia en Internet o en las redes sociales, parece lógico pensar que no existimos. Esa, de cara a promocionar nuestros productos o servicios, no es precisamente la mejor de las ayudas. Es de este tipo de cuestiones de las que habla el artículo que os vamos a enlazar a continuación y que pertenece al portal web Emprendepyme.
Pero claro, hay que tener en cuenta que no solo lo que está inmerso en el mundo digital es lo que vende. A pesar del desarrollo de todas las cuestiones de las que hemos venido hablando en los párrafos anteriores, existe la necesidad de que las empresas sigan cuidando de valores tradicionales como lo puede ser el cuidado del producto o la atención al cliente. Y es que, por mucho que desarrollamos campañas dedicadas a promocionarnos en la red, si no cuidamos de lo que el cliente ve o tiene a mano, tenemos un problema que conviene resolver cuanto antes.
En un mundo en el que solo parece que existe lo que se encuentra en un entorno digital, nosotros debemos poner en valor el cuidado del producto físico del que parece que algunas veces nos olvidamos. Y es que de la presencia física de ese producto depende, en buena medida, su compra por parte del cliente. Los profesionales de BV Pack nos han hecho incidencia en que sigue habiendo una buena cantidad de empresas que desean cuidar al máximo de esa presencia física de sus productos y que para ello se aseguran que su embalaje sea perfecto. Esa es la mejor manera, desde luego, de prevenir que pueda sufrir algún desperfecto y que se dañe la imagen de la marca.
No es anticuado defender este tipo de valores
Tenemos la necesidad de combatir ese estereotipo que apunta que, todas las acciones llevarlas a cabo para garantizar una buena experiencia de compra física por parte del cliente, son cosas del pasado. Y es que no es así porque, aunque es verdad que el comercio electrónico ha ganado mucho terreno en los últimos años, sigue habiendo un porcentaje importante de personas que compran de manera física y a las que les gusta que los productos estén en perfecto estado.
Además, teniendo en cuenta la facilidad con la que se viraliza cualquier foto o vídeo que se pueda tomar en un establecimiento dedicado a la venta al público, es conveniente que los productos presenten una imagen impoluta. Todos los negocios lo saben y por eso han redoblado esfuerzos para conseguir mejoras en este sentido. Quien no lo haga, desde luego, tiene un problema al que debería poner solución a la máxima brevedad posible. Su imagen y, consecuentemente, su rentabilidad y beneficios dependen de ello.
Una empresa se habrá adaptado correctamente a los tiempos que corren cuando use bien las herramientas más modernas y se quede también con los aspectos positivos y rentables de las herramientas usadas en el pasado reciente. Porque no solo lo que está de actualidad importa. También hay que conservar algunos valores y formas de actuar tradicionales que hayan causado sensación entre nuestro público objetivo y que nos caractericen. Perder esa esencia no es precisamente la mejor manera de adaptarnos a la realidad que nos mueve ahora.